Fin de la temporada de caza

En la mayor parte de los cotos, durante el mes de febrero llegan a su fin los periodos hábiles de aquellas modalidades de caza que se habían prorrogado una vez acabada la temporada general.

El fin de la temporada de caza no necesariamente debe implicar que el cazador “desconecte” de la actividad cinegética, el campo y las poblaciones objeto de caza, sino que es el momento de dedicar esfuerzos y tiempo libre a mejorar las poblaciones que en el futuro serán la base de la próxima temporada de caza.

De forma coordinada con el titular del coto o con Sociedades de Cazadores, el cazador puede participar en muestreos o estimas de población, en la construcción y mantenimiento de mejoras de hábitat, o en la recogida de vainas de cartuchos. Algunas Sociedades de Cazadores organizan estas actividades de forma que las diversas tareas se reparten en pequeños grupos de varios cazadores, mientras que otras organizan los trabajos de forma que cada grupo es el responsable de un cuartel o parte del acotado.

Igualmente pueden organizarse actividades cuyo interés se comparta con otros colectivos y entidades. El arreglo y recuperación de senderos, o la restauración de fuentes son, por poner dos ejemplos, trabajos de interés para cazadores, senderistas, ciclistas y otros muchos grupos. La organización conjunta de actividades de este tipo durante la primavera es una excelente oportunidad para acercar posturas y limar desavenencias en pos de un desarrollo plenamente compatible de todas las actividades en el medio natural. 
 
Fdo: Servicio de caza y pesca. CITMA. Conselleria de medio ambiente. Generalitat Valenciana
 

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