la educación, un crimen cotidiano

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la educación es el crimen más cotidiano, esencia de la dominación del ser humano, se practique donde se practique la educación es delictiva: e-ducar, in-ducir, ab-ducir, se-ducir, con-ducir (la misma raiz etimologica: ducere: guiar, conseguir que una persona renuncie a su camino para dedicarse al que otro a decidido para él), la educación obligatoria destruye una necesidad fundamental del ser humano, la autorealización, lo reprime duramente y le provoca el vacío existencial tan habitual en la sociedad occidental. La represión educativa tiene como consecuencia la desconexión entre la mente y el cuerpo, originando una hipertrofia de la parte racional del cerebro a consta de una atrofia de la sensación, la emoción, consigue la autodestrucción del cuerpo que permanece acorazado, replegado, atrofiado, desconectado, insensible y dolorido, los umbrales de percepción del cuerpo se reducen al mínimo al haber sido forzados a permanecer en silencio y quietud, sin ser escuchados ni tenidos encuenta durante largas horas sentado en contra de su necesidad. Los niños necesitan saltar, gritar, correr, cantar, trepar, jugar, vivir, hablar y relacionarse, cumplir sus deseos y necesidades de su cuerpo y mente (que en esos momentos van unidos), no permanecer sentados atrofiándose para siempre en pos de unos conocimientos caducos que les son embutidos a la fuerza por un individuo a su vez violentado en su infancia de la misma manera. Enseñar es enseñarse, mostrarse, educar es doblegar, aprender sucede en cualquier circunstancia. El aprendizaje sucede con la experiencia, si te educan... si te obligan... cuando no puedes defenderte, aprendes a obligar, a forzar a personas indefensas. Una persona a la que han forzado sin respetar en absoluto su naturaleza ¿podrá después respetar la naturaleza de otros, la naturaleza en general? así nos va

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