Matar Libios

“Estado de derecho” en todo el mundo, y en todas partes “libre mercado”: óptima tiranía sangrienta.

“La moral siempre ha sido una tapadera”
Anatole France

Liberalismo homicida
Matamos iraquíes, matamos afganos; hemos matado en África, en Asia, en Latinoamérica...; sentimos ganas de matar en Corea del Norte, en Irán, en Venezuela... Ahora, queremos matar libios.



Crisis, guerra y explotación incrementada de la fuerza de trabajo

Y es verdad hoy que, si se ha desatado la guerra mayor, si hemos desplegado nuestras tropas de paz, nuestros ejércitos humanitarios, si hemos hecho uso del más corrupto de los derechos, decretado por nosotros y para nuestro bien particular (el derecho de injerencia), si hemos corrido a matar gente, a matar libios, no ha sido para defender la más profunda filosofía de la vida, el concepto mejor fundado de la libertad, una idea franca de la Paz Mundial. Porque hay, sobre la Tierra, muy distintas filosofías de la vida, muy diversos conceptos de la libertad y muy diferentes modos de entender la Paz y hasta lo que sea “El Mundo”.
Esta guerra se hace para la acumulación de poder y de capital, guerra de bestias que viven de la carnicería humana, de la podredumbre universal. No cabe duda: nos sumamos al conflicto para reclutarlo, para llevarlo al encuentro de nuestras ambiciones económicas, geo-políticas, filosóficas, civilizatorias...
Y estamos dispuestos a seguir matando gentes, a asesinar sin descanso (como ya obramos en Iraq, en Afganistán, en África negra, en Sudamérica...: lo repetiré mil veces), para defender nuestros intereses materiales y afianzar (exportándolo, si es posible) el modo propio, nuestro, de dominar y exprimir a una buena parte de la sociedad. Entre la guerra que hacemos a los de afuera y la vuelta de tuerca que aplicamos a los más débiles de los de adentro se ha establecido un vínculo cofundador. El fascismo clásico nos enseñó la relación típica entre “crisis” y “guerra”; el demofascismo del siglo XXI, dando un paso más, revela la conexión lógica entre “crisis”, “guerra” y “sobre-explotación de la masa laboral”.
Mataremos libios, si hace falta, como hemos matado iraquíes y seguimos matando afganos, como hemos matado a lo largo de la historia en tantos rincones del mundo, a fin de cuentas para mantener sofocados, con la soga al cuello, atornillados a la explotación y al deseo de ser explotados, a la “fuerza de trabajo”, a los “recursos humanos”, a los nuevos “parias” de Occidente, a lo que queda de “pueblo” en regiones de todas formas condenadas, en vías de naufragio definitivo. Matamos allí, y es “vida” lo que segamos, para explotar mejor aquí la “muerte” sostenida, cotidiana, congelada, de nuestros supuestos compatriotas, de nuestros vecinos innegables, de todos estos “ciudadanos”, no quisiera decir “idiotizados”, que, por su docilidad enigmática y su aquiescencia culpable, no solo dan ya un poco de pena. Porque somos como ellos, en días como hoy, a las puertas de otro genocidio, nos damos también un mucho de asco.

Pedro García Olivo – La Haine 24/03/2011
http://www.lahaine.org/index.php?p=52302
*
*

Entradas populares de este blog

No hi ha color

Entrevista al Dr. Santos Martín