AHORA




No son tantas veces.
Todos los años se repite. Hace frío y los botones florales están a punto de estallar. Primero una flor aquí, luego otra allá... y un día, de repente, se funden las ramas en borbotones de flores. Llegan las abejas y currucas al festín de néctar y comienza la lluvia rosa, una pausada lluvia que estos días ha dejado una alfombra de preciosos pétalos salpicada de finos hilos de grama.
Ahora están saliendo las primeras hojas, ellas comparten espacio con las flores que han sobrevivido a la lluvia, el viento y el baile de las currucas. El verde brillante, nuevo, el verde de la vida desplazará el rosa del sexo. Habrá llegado la primavera y los almendrucos comenzarán a llenarse de de vida, de agua-vida.
Cada año es lo mismo... pero, no lo veremos tantas veces.
Con suerte 89 veces, como Miguel Delibes. Tal vez hoy haya visto su última flor de almendro.
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